Tengo una corazonada

Reconozco que cuando supe que la agencia de publicidad Señora Rushmore se encargaría de la comunicación de la candidatura olímpica Madrid 2016, me esperaba cualquier cosa menos algo bueno. La razón es que yo a estos tipos les tengo por ser, junto a ciertos directivos de poca monta, los principales responsables de la descapitalización de valores sufrida por el Atético de Madrid en los últimos tiempos. Su particular manera de entender el sentimiento atlético basada en el sufrimiento, está del todo alejada de lo que realmente es ese club, una institución ganadora tan importante o más que el Real Madrid y el FC Barcelona. Sin embargo, parece que saben hacer bien su trabajo porque el mensaje de sus campañas publicitarias ha calado hondo y, ahora mismo, es difícil encontrar gente que se rebele ante el posicionamiento de "pupas" que le han dado a los rojiblancos. Por todo esto, se podría decir que no tenía precisamente una corazonada cuando me dispuse a ver por vez primera el spot que pide los juegos para la capital y que ha sido lanzado coincidiendo con la reciente visita a la ciudad del comité evaluador del COI. Pero me equivocaba.