
Supongo que los tipos que deciden los horarios en la LFP no comparten las teorías del estratega baloncestístico o bien, a mí se me está escapando algo. Porque la verdad, me resulta difícil de digerir lo del partido de los lunes. Vale que el fútbol se consume por inercia pero la saturación de partidos es tal, que cada vez es más acusada la falta de calidad en lo que al producto se refiere. En concreto, este añadido que tenemos cada jornada un día después de que se haya disputado todo, parece haber adquirido todas las papeletas para ser el contenido más residual de la actualidad deportiva. Ni tiene el foco informativo ni tiene nada. Pero eso sí, deja la sensación de pretender estirar el chicle, provocando una sensación de cansancio en los aficionados. Desde luego, si yo fuese un patrocinador poniendo dinero en la principal competición domestica de clubes en el ámbito futbolístico, levantaría la voz exigiendo un poco de sensatez. Se recuperaría la exclusividad y la imagen de marca saldría favorecida. Palabra de Luis Casimiro.
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